El dolor ajeno desde fuera
Es algo muy extraño contemplar el dolor ajeno... ya sea
físico o emocional.
Digo... damos consejos, ayudamos, o simplemente nos
quedamos como espectadores?
Claro! si la
"teoría" la tenemos todos clara... clarísima!!!. Yo mismo me he
hallado dando consejos... yo, que no soy nadie para meterme en asuntos ajenos…
Una chica un día
me dijo: "es gracioso recibir un consejo de vida de una persona que vive
al borde del abismo".
Si...
Pero por lo
menos vive... al borde del abismo... pero VIVE.
A nadie (excepto
a la familia) le incumben las razones de por qué soy como soy, hago lo que
hago, o pienso como pienso... y mucho menos NADIE tiene derecho a imponer su
criterio sobre cómo viven su vida las otras personas.
Si yo encontré
una forma de vida que me llena... entonces bienvenida sea! Welcome to my
life!!!.
Hoy me pasó algo
muy raro... vi a un chico caerse de la moto y quedar inconsciente en el
suelo... y no pude hacer nada.
Miedo? Tal
vez...
La verdad es que
me quedé paralizado. La vida no te prepara para eso. El chico recibió ayuda
instantáneamente y se lo llevaron en una ambulancia... pero yo solo me quedé
mirando atónito la horrible escena.
Me afectó
mucho... aún ahora me siento mal al recordar el cuadro...
El chico
inconsciente en el suelo...
Le
temblaban los pies...
Y cuando
despertó fue peor... porque se empezó a revolver de dolor. Ni siquiera podía llorar.
Es jodido como la vida te pone frente a
situaciones tan aberrantes, para las que uno nunca fue preparado.
Recuerdo una noche de verano, en una casa de campo en
Ibiza, mis padres habían salido y yo me había quedado con mi hermana durmiendo,
la casa era grande, como de 3 pisos y estaba rodeada de un bosque bastante
grande y sobretodo oscuro, de día nos pasábamos correteando por ese lugar, pero
de noche, nos daba algo más de miedo sobretodo con la imaginación que teníamos.
Pues esa noche
mis padres nos habían dejado con unos amigos, pero resultó que estos chicos se
encontraban en el 3 piso y nosotros en el primero.
El resultado fue
que mi hermana me despertó a medianoche porque según ella, veía cosas…
En realidad no
había nada, yo lo sabía pero cuando tienes 7 años, y tu hermana 6 el miedo es
muy contagioso, además no sabíamos que había alguien más en la casa y, como
todo estaba oscuro y escuchamos ruidos nos asustamos muchísimo, tanto que
salimos dispuestos a buscar a nuestros padres adonde estuviesen, nos armamos
con un cuchillo y salimos al campo. Sinceramente cuando salimos al campo ya
casi no teníamos miedo, sólo un deseo enorme de encontrar a nuestros padres,
aún así nos metimos en problemas y una jauría de perros nos persiguió por un montón
de rato, ellos en realidad, dudo mucho que nos quisiesen hacer daño,
simplemente nos siguieron por curiosidad
claro que, cuando mides poco más de un metro los perros dan miedo.
Perseguidos
llegamos hasta la carretera y ahí nos decidimos a hacer autostop, y aquí viene
lo curioso del caso, no paró ni un solo coche, estuvimos un buen rato en la
carretera y no paró nadie…
No se preocuparon
por dos niños de 7 y 6 años en la carretera a no sé qué hora de la noche. Al
final estuvimos más cansados que asustados y decidimos volver a casa.
A lo que trato
de llegar con todo esto es que la experiencia del dolor ajeno es algo que hace
que nosotros mismos demandemos demasiado de nuestra propia cabeza. Ya que
además de la angustia de saber que el otro está sufriendo, uno siente que tiene
que hacer algo... y muchas veces no lo hace.
Con lo del chico de
hoy... juro que cierro los ojos y veo su cara...
-Y como quien no
quiere la cosa vienen a mí mil recuerdos
similares... de cosas que pasé yo y sufrieron otros...
-A veces,
incluso, es como si doliese más el dolor ajeno...
No hay comentarios:
Publicar un comentario